HUMOR CIENTÍFICO

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martes, 17 de octubre de 2017

¿QUÉ ES DEMOCRACIA?

     Definitivamente el corral está revuelto en nuestro país. Incluso los alumnos de mi centro hablan entre ellos, a veces acaloradamente, sobre la cuestión catalana. En el fondo de esas discusiones gira un concepto: el de democracia. ¿Por qué no aclarar un poco las dudas?.
      La democracia es otra realidad imaginada de la que hablaba en mi último post. Es un concepto abstracto que NO EXISTE en la realidad, por lo que no podemos comparar con la realidad para comprobar lo que ésta es. Comprobar que la gravedad es siempre atractiva es fácil: basta con soltar un objeto en presencia de ella y todos veremos que el objeto cae hacia abajo, por lo que todos estaremos de acuerdo en que la gravedad es atractiva.
       Por el contrario hay o puede haber tantos conceptos de democracia como personas haya. Así que para definir democracia tendremos que ponernos de acuerdo entre varias personas sobre su significado. En definitiva: será democracia lo que un grupo de homo sapiens diga que es democracia. Y puede ocurrir perfectamente que dos grupos de sapiens tengan dos conceptos diferentes de democracia y no se pongan de acuerdo. Esto es lo que ocurre hoy en España.
      Parece ser que para los independentistas catalanes, democracia es votar. Da igual, a lo que se ve, cómo se vota, el qué se vota, quién vota y para qué se vota. Lo importante es votar. ¿Es esto democracia?.
      La democracia nace en la ciudad-estado de Atenas en 500 aC. De las aproximadamente 300.000 personas que vivían en ella, sólo podían votar los varones adultos que tenían la condición de ciudadanos, unos 30.000 (un exiguo 10 %). En Atenas había muchas personas que eran muy importantes para la ciudad (comerciantes por ejemplo) que nacían y morían en la ciudad, pero no eran  ciudadanos y no podían votar, incluidas las mujeres. ¿Diríamos hoy en día que esto era una democracia en términos modernos?. No, pero se votaba.
       Roma antes de ser Imperio era una república. También se votaba. Pero sólo votaban (otra vez) los varones adultos con la ciudadanía romana. Y el sistema estaba amañado, de forma que los aristócratas tenían mucho mas poder decisorio en las votaciones que los que no lo eran. De hecho la mayor parte de los magistrados y los jurados eran elegidos de las élites dominantes: los Julios (Césares), los Bruto, los Cecilio, los Escipiones ocupaban generación tras generación los cargos mas altos. Y al ser ellos mismos jueces y reos, era muy difícil que los juicios fueran ganados por la otra parte. Esto es lo que ocurre cuando no hay separación entre el poder judicial y el legislativo. Hoy diríamos que eso no era democracia… pero se votaba.
     Cuba, año 2017. Un dictador, hermano de otro dictador, dirige con mano de hierro la república cubana. Sólo hay un partido (puedes ser comunista o comunista). Teóricamente cualquiera puede ser elegido, pero si no tienes poder dentro del partido comunista nunca saldrás elegido. Pero se vota.
      Podemos concluir que la democracia no consiste sólo en votar. Hay que exigir mas garantías. Un aspecto fundamental es la legalidad en la que se desarrolle la votación. La legalidad afecta al qué se vota y al cómo se vota.
       Supongamos que en  la comunidad autónoma de Andalucía andamos locos por votar que se quite el derecho de voto a las mujeres o a los homosexuales. Esto es ilegal porque nuestra Constitución dice que no podemos ser discriminados por razón de sexo u orientación sexual. ¿Nos parecería correcto y democrático celebrar un referéndum en Andalucía para lo dicho?. Creo que a nadie nos lo parecería. ¿Por qué entonces hay muchas personas que sí se lo parece si lo que se vota es algo igual de ilegal como es separar Cataluña de España?.
    La respuesta es sencilla: no lo ven igual porque no quieren verlo igual. Puede mas su deseo, su imaginación de una Cataluña lliure, que la fuerza de los argumentos. Están dispuestos a olvidar lo que sea y a hacer lo que sea para conseguir su sueño.
    Porque en democracia también es muy importante la forma en la que se consigue realizar las cosas.  El referendúm se ha celebrado vulnerando las leyes de España, al ir en contra de la constitución; las leyes del estatuto de Cataluña, por la forma en la que se aprobó en el parlamento catalán; la ley del referéndum aprobada por ellos mismos (cambiaron, por ejemplo, la forma de votar minutos antes de empezar). ¿Cómo puede ser democrático una votación en esos términos?. Y Además la forma de celebrarlo: sin censo, sin junta censal, sin urnas ni papeletas oficiales, votando la misma persona varias veces, votando niños, votando sin identificación, votando en la calle, con urnas llenas antes de empezar; en fin sin un recuento fidedigno de votos.
        Este aspecto de legalidad es básico, pues la legalidad es lo que garantiza el derecho de todos. La frontera entre mi derecho y el tuyo es la ley. Si la frontera la marca alguien, ese alguien pondrá sus derechos muy por encima de los míos (el ancho del embudo para mí y el estrecho para ti, es algo muy tentador para un homo sapiens). Nunca sabremos seguro cuales son mis derechos, serán los que ellos, a conveniencia, digan que son.
     Que no se dude: un verdadero demócrata es el que defiende la ley de una democracia, la acata y, si no le gusta, la intenta cambiar mediante pautas legales. Lo contrario acabará, sí o sí, en abuso del más débil.
  En democracia los cambios en la Constitución, deben ser muy bien pensados. Porque la Constitución señala el camino de las normas fundamentales de convivencia ente los miembros de la comunidad. O sea, los españoles. Por eso resulta inquietante esta pregunta: ¿Para qué se quiere separar Cataluña de España?.
      Vivimos desde hace miles de años en un proceso de globalización. Se piensa que la globalización es algo nuevo. Pero no es cierto, ya estaba en la conversión de bandas de cazadores-recolectores en aldeas, éstas en ciudades y las ciudades en imperios. Lo que ocurre es que el proceso se ha acelerado en el último siglo.
     Y ahora que por fin la unión es tal que las guerras salen mas caras que la paz y que Europa y España gozan de un nivel de bienestar nunca vistos, ¿se pretende trazar mas fronteras que nos debilitan, nos dividen y generan menos bienestar?. Y no es un invento, ya Cataluña lo vive con la fuga de empresas y la huida masiva del turismo. ¿Un corralito financiero en la nueva república genera riqueza o la destruye?. ¿Estar fuera de Europa genera riqueza o la destruye?. 
      ¿Para qué entonces?. Todo se hace parar “ser libres”.

     Y volvemos a la idea inicial. Para los independentistas ser “libres” es más importante que ser “demócratas” o tener más “bienestar”. Como democracia, libertad y bienestar son realidades imaginadas, es perfectamente factible hacer las tres compatibles en cualquier mente, subordinando si hace falta las segundas a la primera: basta con ponerse  de acuerdo entre ellos sobre lo que significa ser libres (ser independientes de España), ser demócratas (votar lo que ellos digan que es legal y cómo ellos digan que es legal) y tener bienestar (vivir en una Cataluña libre sea cual sea su realidad económica y social).

miércoles, 4 de octubre de 2017

LA REALIDAD IMAGINADA


      En la primavera he leído un libro fantástico: “Homo Sapiens” de Yuval Harari. Cuenta la historia de cómo nuestra especie, homo sapiens sapiens, pasó de ser un homínido mas que lucha por sobrevivir a sus depredadores mientras caza y recolecta, a ser literalmente el dueño absoluto del planeta. El cambio que nos permitió tal proeza se llama revolución cognitiva.
      La revolución cognitiva es la capacidad del hombre que le permite pensar en abstracto, imaginar realidades que no existen y transmitirlas entre los individuos para trabajar juntos.
      Estas “realidades imaginadas” permitieron que muchos hombres colaborasen entre ellos para conseguir fines mayores. Una de las realidades imaginadas mas potentes es la religión. El imperio egipcio se aglutinó en torno a la idea de un faraón que era un dios viviente, responsable de la prosperidad del pueblo. La promesa de una vida eterna al final de la muerte llevó a la construcción de inmensas catedrales.
Otra realidad imaginaria muy poderosa es la de nación. No nacemos siendo de una nación. Si así fuese bastaría con una mirada para saber de qué nación somos, igual que basta una mirada para saber si somos hombres o perros. Pero sólo somos españoles si un papel dice que lo somos y el resto de los españoles están de acuerdo con ese papel. Si además todos los que decimos ser españoles trabajamos juntos, podemos conseguir prosperidad o construir grandes infraestructuras que generan mas bienestar. Esta es la promesa de las realidades imaginadas: la obtención para el individuo de algo mucho mejor.
Y lo sorprendente es que pueden funcionar. Todos los españoles colaborando juntos, ayudándonos mutuamente, creando otras poderosas realidades imaginadas como nuestra Constitución o nuestra democracia, hemos conseguido altas cotas de prosperidad.
Pero todas estas realidades, estas culturas, tienen un talón de Aquiles: al existir sólo en nuestro cerebro funcionarán sólo si creemos en ellas, pues no pueden ser contrastadas con la Realidad. Lo que está ocurriendo en nuestro país es una clara muestra de ello. Hay catalanes que quien sustituir en su cabeza la realidad imaginada “España” por la de “Cataluña”. Como no se nace español o catalán, basta con pensar que se es catalán y no español para cambiar una por otra.
Y podemos conseguir el cambio de paradigma negando las veces que haga falta la existencia de cualquier otra realidad imaginada. Así los independentistas no tienen problema alguno en negar las leyes españolas o las suyas propias: laminan los derechos de la mayoría de los catalanes saltándose los procedimientos aprobados por el propio parlamento catalán o cambian una hora antes de empezar el proceso para votar en el referéndum, método que ellos mismos habían aprobado en su propia ley una semana antes. Como el concepto “referéndum” no es algo real, sirve que muchos de ellos estén de acuerdo en decir que el referéndum es válido para que lo sea.
Exactamente igual ocurre con la idea “democracia”. Como solo existe en mi cerebro, será democracia lo que todos digamos que lo es. Si convencemos a suficiente gente de que democracia es votar, dando igual lo que se vaya a votar o cómo se votará, pues entones el 1O será democracia para ese grupo de homo sapiens. Nada de lo que digamos servirá para casi nada: la capacidad de homo sapiens para creer en sus ideas por encima de la realidad es algo innato en nuestros genes.
El que estas culturas solo existan en el cerebro de un homo sapiens explica también la esquizofrenia de tipos como Gerard Piqué. Cuando Piqué salta al Nou Camp con una camiseta con la bandera catalana, en su imaginación lo hace en representación de la idea de “Cataluña”, de un club que es “mes que un club”…. pero cuando juega con la selección española está echando un rato con diez tios mas, con el tonto objetivo de meter mas veces que el contrario una pelota en una portería, mientras 35 millones de homo sapiens imbéciles (en forma de federación española de fútbol ) le pagan dinero por hacerlo. Y a ver quién le demuestra lo contrario.
Pues las imágenes muestran hechos pero no ideas. Si enseñamos dos fotos de Piqué con una camiseta u otra, nunca mostraremos que son dos ideas iguales (dos futbolistas que representan a dos naciones diferentes o dos tios que le pegan patadas a un balón mientras otros homo sapiens pagan por verlo), sólo que se trata de una misma persona vestida diferente.
Exactamente la misma razón de la inexistencia de las ideas justifica que se desee, a veces contra toda lógica, cambiar una realidad imaginada por otra con la promesa de que se estará mejor. Como no es posible demostrar que “España” es mejor que “Cataluña”, basta con imaginarlo para creer que sucederá en la realidad. Como “Europa” existe sólo en la imaginación del homo sapiens, puedo decir que soy Europa o lo seré con total seguridad y sólo me daré cuenta de que no lo soy si los demás europeos me demuestran, a posteriori, y tarde para mi, que no me aceptan como tal.
       Estas promesas son cheques pagaderos en el futuro. Pero un cheque no es un objeto real. No me dan nada real, no puedo contrastar su valor. Pero sí soy capaz de imaginar que Puigdemont pagará ese cheque y veré esa Cataluña de ensueño. Así que colaboro: me echo a la calle, expongo mi cuerpo y el de mi hijo, ejerzo violencia contra los que no piensan como yo. Estoy de acuerdo en que mi violencia es libertad de expresión, la de la policía represión: ¿Acaso no se ve eso en las imágenes de la TV?.
     La solución es difícil para la idea “España”. Los que trabajan por "Cataluña" están unidos, llevan años reescribiendo el pasado a través de la educación y desarrollando ideas imaginarias que los unen, como arrinconar al castellano y aupar la lengua catalana, y no dudan en ejercer violencia (hasta ahora sin daños físicos) contra los otros catalanes que no piensan igual que ellos.
    El bando pro "España" está dividido. En él hay dos partidos claramente constitucionalistas uno de los cuales apoya al gobierno y pide que se active la intervención de la autonomía (el artículo 155). El tercero dice apoyar al Estado mientras pide la reprobación de su vicepresidente (culpando indirectamente de la violencia a sus fuerzas de seguridad), calla ante la violencia independentista contra ese Estado (en forma de jueces, guardia civil, partidos políticos no independentistas o simples ciudadanos catalanes como dueños de hoteles o de empresas no independentistas) y pide diálogo con los mismos que intentan dar un golpe de estado, saltándose por el camino todas las leyes del estado español y las del propio supuesto estado catalán. El cuarto tacha al jefe de estado de antidemócrata mientras acuna antisistemas (y nuestro sistema es una democracia…….), está a favor y en contra de todo y parece mas cerca de los disidentes que del propio Estado.