Si hoy preguntásemos a
alguien sobre qué es la piedra filosofal; la mayoría de las
personas hablarián de algo que aparece en las películas de Harry
Potter o en los films de Indiana Jones.
Por lo que he visto de
las películas de Harry Potter, no tengo muy claro qué es la piedra
filosofal para J. K. Rowling. Como tampoco he leído sus libros, no sé si en ellos queda mejor definida su naturaleza. Pero si es evidente
que se trata de un objeto físico, con propiedades asociadas a la
magia y a la brujería.
Esta asociación lleva
muchos siglos en la imaginación del ser humano. Su origen es la
mezcla de las técnicas químicas usadas por los egipcios para
embalsamar cadáveres, muy unido a la antigua religión egipcia; con
los conocimientos científicos de los antiguos griegos. La unión,
llamada khemeia, resultaba oscura a los ojos del pueblo
llano, que lo consideraba un saber oculto y peligroso.
Por eso, los
practicantes usaban simbolismos misteriosos para redactar sus
escritos, lo que provocaba mayores recelos y animaba a los adeptos
a usar términos todavía mas oscuros. Sus textos estaban plagados de
términos como “caústico lunar” (nitrato de plata), “el Sol”
(el oro) o “azúcar de plomo” (acetato de plomo).
El primer famoso
practicante de khemeia fue Bolos de Mendes (200 aC), que se dedicó
a descubrir técnicas (que hoy llamaríamos químicas) para convertir
(transmutar ) un metal en oro. Este cambio se consideraba
posible en está época: bastaba con mezclar de manera correcta los
cuatro elementos (aire, tierra, fuego, agua) que componían toda la
naturaleza.
Con el hundimiento del
imperio romano y la caída de la civilización europea en la Edad
Media, los conocimientos greco-egipcios quedaron en manos de los
árabes; que los adquirieron tras su conquista de Persia. Su interés
provenía de su derrota a las puertas de Constantinopla;
impresionados por el “fuego griego” (una mezcla química que arde
sin ser apagada por el agua) que utilizaron los bizantinos para
hundir sus naves.
Así la kehemia se
convirtió en al-kimiya, que en Europa se tradujo por alquimia,
pasando a llamarse alquimistas a las personas que la
practicaban. El mas importante de los alquimistas fue el árabe Jabir
(Geber en Europa, 760-815) que describe técnicas como la preparación
de ácido acético a partir de vinagre o ácido nítrico diluido.
También creía que podría fabricar oro a partir de mercurio (el
metal por excelencia por su liquidez) y azufre (un combustible del
color del oro, o sea, amarillo), mediante su unión con un
polvo seco (xerion, en griego).
La palabra xerión fue
traducida por los alquimistas árabes como al-iksir y le concedieron
además otra sorprendente cualidad: era un remedio para cualquier
enfermedad y podía conducir a la inmortalidad.
Durante los dos siglos
posteriores los alquimistas basaron su trabajo en encontrar el polvo
seco (vuelto a traducir, elixir) que daba la inmortalidad y el
proceso para unirlo a metales y producir oro. El pueblo conocía
estas actividades de los alquimistas como la búsqueda del “elixir
de la eterna juventud” y “la piedra filosofal” (el método
para transmutar el metal en oro usando el elixir, que a fin de
cuentas es una piedra) y los unieron a esos oscuros personajes
con sus palabras extrañas y sus terribles poderes. En definitiva los
asociaron a la magia y a la brujería.
Aunque no consiguieron
sus objetivos, desarrollaron por el camino muchos aparatos usados en
química, como el alambique; descubrieron nuevos elementos, como el
arsénico (Alberto Magno) o describieron métodos para preparar
sustancias nuevas o cristales, como la pólvora negra usada en
cañones y pistolas de la época, o el ácido sulfúrico, de gran
importancia industrial y que se atribuye a un alquimista español.
¿Es posible transmutar
un metal en oro?. Sí que lo es. Lo podríamos hacer en los grandes
aceleradores de partículas, donde los científicos estudian los
últimos secretos de los átomos y del universo. Pero no os arriendo
la ganancia: la cantidad de dinero invertida en producir la energía
suficiente para ello es increíblemente superior al valor del oro
formado.
Pero quizás en el
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería sean capaces de encontrar
alguna solución mas factible para ello.